Los
independentistas no han entendido que el mundo camina hacia la interdependencia
y que su propuesta está anclada en el pasado. La fracasada DUI no solo fue un
acto irresponsable contra el Estado democrático sino un gran error que podría haber tenido gravísimas
consecuencias económicas al dejarnos fuera de la UE.
Mientras Europa se mueve hacia la integración económica, el secesionismo
catalán está empeñado en caminar en dirección contraria y directamente hacia el
abismo.
El mundo en el que nos
ha tocado vivir se mueve traccionado por la dialéctica
competencial entre cosmopolitismo y nacionalismo. En este escenario de
confrontación entre la globalización y el proteccionismo, las infraestructuras y
la internacionalización de las empresas juegan un papel relevante. Europa,
obligada a reforzar su posición económica en el mundo global, responde
potenciando sus infraestructuras de interconexión y promoviendo estrategias
industriales que favorezcan la creación de grupos empresariales con suficiente
masa crítica para poder ser competitivos y generar los suficientes
recursos que permitan abordar la innovación y el cambio tecnológico.
En el ámbito de las
infraestructuras, Europa potencia nuevos corredores ferroviarios
interoceánicos que conectan las ciudades chinas más pujantes con la
Europa central. Con ello, el tiempo de viaje se reducirá a casi la mitad del
que ofrece el transporte marítimo tradicional. En la actualidad, China tiene
más de 51 rutas de transporte ferroviario de carga que circulan hacia
territorio europeo. En el sur de Europa, el corredor mediterráneo es
una realidad imparable, sin embargo, la amenaza de la "desconexión" catalana
podría propiciar el desarrollo de la variante mediterráneo-cantábrico.
La conexión portuaria Valencia-Zaragoza-Bilbao no ha pasado desapercibida a los
chinos de Cosco Shipping, una de las mayores navieras del mundo, lobistas
potenciales del corredor cantábrico.
Veamos algunos ejemplos
recientes de la globalización de los servicios y de concentración de empresas
industriales. En la pasada cumbre bilateral entre Grecia e Italia, celebrada en
Corfú, se ha cerrado la compra de los Ferrocarriles Griegos por parte de los
Ferrocarriles Italianos por un valor de 45 millones de euros, la Grecia de
Syriza ha entregado su estrategia y gestión ferroviaria al vecino italiano.
En el ámbito industrial, el
eje franco-alemán se fortalece, con la decisión de ambos gobiernos de fusionar
sus dos gigantes ferroviarios Alstom-Siemens para adquirir el
tamaño suficiente y desarrollar la capacidad de innovación tecnológica que les
permita hacer frente al gigante chino CRRC Corp que domina el 50% del
mercado mundial. En esa misma línea estarían los acuerdos de los gobiernos
francés e italiano para fusionar los grupos de construcción naval civil y
militar STX (francesa) y Fincantieri (italiana).
Mientras Europa intenta
apuntalar una estrategia compartida de interdependencia para poder competir en
las mejores condiciones en el mercado global, la amenaza de la declaración
unilateral independencia (DUI) con respecto a España, sumada al
Brexit y al ascenso de la extrema derecha, afecta directamente a la línea de
flotación del proyecto europeo. El Govern catalán no debería hacer caso omiso
del llamado efecto Montreal, capital del Quebec, donde las
tensiones secesionistas en ese territorio a lo largo de las últimas dos
décadas han provocado la fuga de capital humano y financiero hacia la
ciudad de Toronto y una pérdida del 30% del tejido empresarial.
Se podría dar la paradoja
de que la CUP, en su denodada lucha por combatir al capitalismo en
Cataluña, lo esté reforzando en España, especialmente en Madrid. En
los últimos días se han confirmado los peores augurios, caída significativa de
la actividad económica en Barcelona muy vinculada al sector turístico, se ha
puesto en peligro la ubicación en Barcelona de la Agencia Europea del
Medicamento y el normal desarrollo de la actividad en centros tecnológicos por
falta de recursos económicos. A ello habría que añadir los efectos negativos
derivados de los cambios de sedes sociales y de domicilio fiscal de más de 40 empresas punteras catalanas, entre ellas las del bex 35
,que apuntan una tendencia de efectos incontrolables.
Los independentistas no han entendido que el mundo
camina hacia la interdependencia y que su propuesta está anclada en el pasado.
La desconexión de Cataluña podría tener gravísimas consecuencias
económicas y contribuiría a debilitar a la UE en el momento más
inoportuno. Mientras Europa se mueve hacia la integración económica, el
secesionismo catalán está empeñado en caminar en dirección contraria y directamente
hacia el abismo.
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