En mayo del 2016 , comentaba de forma elogiosa (ver
articulo de referencia) el acuerdo de Gobierno Colau-PSC que proponía recuperar el llamado
"modelo Barcelona", modelo de desarrollo económico
y gestión urbana puesto en marcha en la época del alcalde Maragall. Un año y
medio después tengo que reconocer que me equivoqué, Colau no ha se ha enterado
que los ciudadanos de Barcelona quieren que su alcaldesa busque soluciones a
sus problemas y no se dedique a "instrumentalizar" el 155.
El pasado 13
de mayo, la alcaldesa Ada Colau y el concejal socialista Collboni anunciaron
una propuesta de acuerdo para dotar a Barcelona de un gobierno de matriz
progresista que contribuya a la estabilidad. Un día después, la alcaldesa viajó
a Nueva York para intervenir en nombre de las ciudades europeas en la
conferencia preparatoria de la Asamblea de Habitat III. Son dos excelente
noticias que indican que nuestra primera edil inicia maniobras de aproximación
para el aterrizaje en el plano de la realidad.
El acuerdo
permitirá defender desde el equipo de gobierno, el modelo Barcelona,
modelo de desarrollo y gestión urbana puesto en marcha en la época del alcalde
Maragall, al que los sucesivos gobiernos de izquierdas del PSC-PSUC dieron
soporte e hicieron posible. De este acuerdo, ERC se ha autoexcluido, imponiéndose
una vez más su estrategia partidista a la solución de los problemas de los
ciudadanos. La CUP, como siempre, instalada en el ruido y en la algarabía.
La
participación de la alcaldesa en Nueva York podía ser una apuesta por la
potenciación de la componente globalizadora y el espíritu cosmopolita de
nuestra ciudad. Su intervención, en castellano --una de las dos lenguas
utilizadas habitualmente por los barceloneses/as---, aprovechando que el
español es una de las cinco lenguas oficiales de las Naciones Unidas, permite
la comunicación con más 500 millones de ciudadanos de todo el mundo y seguir
liderando el movimiento de transformación urbana de las ciudades
latinoamericanas. A Barcelona se la entiende mucho mejor en Latinoamérica
cuando habla en español.
Al hablar
del modelo Barcelona, nos referimos a la capacidad para gestionar
con eficacia y con eficiencia económica todos los servicios que una ciudad como
Barcelona presta a sus ciudadanos. Gestión de la ciudad, hecha desde la complicidad entre
el sector privado y la administración, que tanto le gustaba citar al alcalde
Maragall. Una política capaz de ser foco de atracción para la inversión
foránea.
Una
característica a destacar de este modelo es que no se dieron
casos de corrupción durante la ejecución de las obras de los Juegos del 92,
proyecto de colaboración pública-privada, liderado por la administración
central y la municipal.
El modelo supone
el reconocimiento de que la generación de riqueza es el principal motor para
combatir la desigualdad y la pobreza, siempre y cuando se pongan en marcha los
mecanismos de distribución necesarios. Una política de atención a los barrios
más deprimidos, de creación de infraestructuras favorecedoras de nuevas
centralidades equilibradoras . Vieja política que pusieron en
marcha los gobiernos de izquierdas que transformaron la ciudad y ayudaron a
corregir las profundas desigualdades del binomio centro-periferia.
La ciudad
debe aprovechar su capacidad de innovación derivada de la gestión de las
tecnologías urbanas (movilidad, agua y saneamiento, energías renovables,
residuos...) como vector de crecimiento, de cambio tecnológico, de creatividad
y de generación de empleo.
El Acuerdo de
Gobierno para Barcelona firmado el 25 de mayo y la intervención neoyorkina de
la alcaldesa podrían ser unos buenos indicadores de que por fin comienza a
gobernar, aparcando la política de gestos. Colau deberá ser capaz de demostrar
su capacidad de gestión y de liderazgo, involucrando al mundo económico en el
proyecto Barcelona.
Este jueves
en Sitges la he escuchado con mucha atención y he podido confirmar que es un
animal político --en el mejor sentido de la palabra-- que utilizó la crítica a
algunas malas prácticas del modelo Barcelona para ganar las
elecciones, pero ahora necesita aplicar este modelo para poder gobernarla.
¡Alcaldesa, bienvenida a la realidad!
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