Durante el lustro (2012-2015),
Catalunya ha perdido la gran oportunidad de liderar el cambio de modelo
productivo y el proceso de digitalización de la economía española. Las
elecciones del 21-D deberían servir para que la Generalitat fuera gobernada por
fuerzas progresistas comprometidas en recuperar la estabilidad democrática,
crear un entorno favorable a la modernización de nuestro aparato
productivo y abordar la solución a los problemas de los trabajadores, los
principales damnificados por el "procés".
Cataluña,
2012: CiU gobierna con el PP, el PP da su apoyo a la política de
recortes de CiU y el ex Molt Honorable Artur Mas coquetea con
los business
friendly. En la primavera de ese año estalla el caso ITV, Oriol Pujol aparece
implicado, el patriarca se
siente agredido y considera que se ha roto un pacto no escrito, y Convergència
amenaza con la independencia
de Cataluña. Las elecciones al Parlament se adelantan al 25N de 2012, los
malos resultados para el pujolismo acentúan su radicalización, comienza
la guerra de los
cinco años.
Julio,
2017: mise en
scène en el Teatro Nacional de Cataluña, Puigdemont anuncia que
en las 48 horas posteriores al 1-O (aniversario de la exaltación a la
Jefatura del Estado del generalísimo Franco) el
Parlament proclamará la independencia. Antes de marchar, Puigdemont exigirá al
Estado "enemigo" que deje solucionado lo de la Agencia Europea
del Medicamento, el corredor mediterráneo, las cercanías de Barcelona, la
condonación de los 50.037 millones de euros adeudados al Fondo de Liquidez
Autonómico... y que España pida perdón por los 300 años de
"explotación". Surrealismo en vena, lo curioso es que más de un millón
de creyentes estén
convencidos de que lo anterior está a punto de producirse.
No
es mi intención valorar los efectos políticos de estos cinco años de guerra, pero
sí analizar las consecuencias de la paralización de la acción de gobierno
de la Generalitat, que ha desaprovechado la gran oportunidad en la que Cataluña
podría haber liderado en España el cambio de un modelo productivo no
sostenible hacia otro basado en el conocimiento y en la innovación tecnológica.
En
estos años se ha producido un proceso de descapitalización tecnológica
consecuencia de la caída de la inversión en I+D, Cataluña se sitúa por detrás
de otras CCAA como País Vasco, Madrid y Navarra. Un modelo educativo con
serios déficits en materias como las matemáticas y las ciencias, lo que sin
duda dificulta la integración de los alumnos catalanes en el sistema
ciencia-tecnología. Cataluña ha caído once puestos en el ranking europeo
de competitividad,
entre los años 2013 y 2016, al pasar de la posición 142 a la 153 dentro del
conjunto de las 263 regiones de Europa. La puesta en marcha del Pacto Nacional por la Industria (PNI) queda
afectada por la destitución fulminante del discrepante conseller Baiget,
la dirección política del PNI pasa a manos del exconsejero de
Cultura Santi
Vila y de una exconcejal convergente de Igualada,
dos expertos en
la materia. El Govern ha sido incapaz de alcanzar acuerdos sobre
infraestructuras que rentabilizaran el potencial logístico de nuestro
territorio.
Es
cierto que Cataluña está liderando la recuperación económica española en base
fundamentalmente a la capacidad exportadora de
las multinacionales instaladas en su territorio y al mayor peso de la economía
privada. A ello habría que sumar el enorme potencial innovador de las start-ups digitales
de Barcelona y su área de influencia. La gestión municipal de Barcelona es
manifiestamente mejorable, su posición de privilegio se resquebraja ante las
trabas que han encontrado varios fondos de inversión a la hora de poner en
marcha algún proyecto en la capital catalana. Parece como si a nuestro
ayuntamiento le costara entender que para combatir la desigualdad es necesario
crear riqueza para poder repartirla. Por el contrario, la alcaldesa de
Madrid, Manuela
Carmena, se apunta un tanto con la Operación Chamartín,
facilitando, incentivando y regulando una actividad económica que genera
riqueza, el ayuntamiento tendrá la gestión del plan de desarrollo urbanístico
de la zona norte.
Las
noticias sobre Cataluña around
the world hablan de conflicto y enfrentamiento. Una Cataluña
secuestrada por el procés ha perdido en estos cinco años la
gran oportunidad de liderar el cambio de modelo productivo y el proceso de
digitalización de la economía española.
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